
La única ley que regia era la que ellos imponían con violencia. Abrirse paso entre ellos era prácticamente imposible. Un forastero, haciendo negocios entre ellos, estaba expuesto a la muerte. Sin embargo vemos que los reyes de la región piden hacer pacto de paz con Isaac pues han descubierto que una poderosa fuerza lo protege.
A pesar del miedo.
Como todo ser humano, Isaac experimento el miedo en toda su dimensión, mintió con la intención de salvar su vida.
El miedo es un poderoso mecanismo de sobrevivir.
Activa el sistema para simpático del cuerpo y nos pone en alerta máxima, permitiéndonos realizar acciones increíbles que no podríamos hacer en cualquier otro tiempo.
El miedo en extremo puede llegar a dañarnos.
Dios bendijo a Isaac a pesar del miedo y de su torpe reacción. Dios pasa por alto nuestros temores y nos abraza con bendición y amor.
Superando la envidia.
Cada pozo que Isaac abría para abrevar su ganado era reclamado por los filisteos.
Buscaban ocasión para generar conflictos. La envidia era el motor detrás de todo.
Como puede un extranjero vivir en paz, engordando su ganado y haciendo negocio entre nosotros?
Isaac no se engancho y cada vez que reclamaron los dejo ganar y fue a cavar en otro lado con el mismo resultado.
Profundizando para encontrar bendición.
Cada vez que excavó, encontró agua fresca y bebible.
El secreto no estaba en reclamar, pelear o enfrentar a los filisteos. El secreto era profundizar de nuevo.
La bendición estaba sobre sus espaldas, donde el se moviera la prosperidad lo acompañaba.
Hagamos pacto dijeron los poderosos de la región, hemos descubierto que eres bendito de Jehova.
En medio de la tierra llena de violencia, envidia y maldad, Dios ha decidido bendecirte y no te dejará. Los violentos te respetan porque Dios esta con tigo. A ti te irá bien.