“Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.”
— Génesis 31:42

Cuando Dios esta de tu lado…
Depender de los cuidados y la protección de Dios en un mundo salvaje, es crucial.
Jacob tuvo un suegro muy tramposo, unos cuñados envidiosos y unos vecinos sanguinarios. El próspero en medio de todo porque Dios fue fiel a lo que le prometió.
Dios protege nuestros bienes materiales.
Diez veces cambiaron las condiciones laborales buscando la ventaja para el suegro-patrón y todas las veces la balanza se revertía beneficiando a Jacob.
Todas las crías pintas que nazcan, serán tuyas. Nacían pintas.
Ahora todas las crías rayadas, nacían rayadas.
Jacob salió de la casa de su suegro materialmente enriquecido porque Dios lo ayudó.
Dios multiplica nuestras posesiones.
El te da el poder de hacer las riquezas.
Dios es el dueño del oro y de la plata y el lo da a quien el quiere.
Si tienes a Dios de tu lado, tu situación económica debe cambiar.
Dios te pone como cabeza y líder para gobernar por medio de ti.
Dios bendice lo nuestro
La bendición de Jehova es la que enriquece y no ande tristeza con ello.
Tus hijos, tus alimentos, tus negocios, tu relación de pareja y todo lo que eres y representas, tiene un distintivo especial: la bendición de Dios.
Tu casa brilla más, tus fiestas son llenas de alegría, tus hijos son llenos de gracia y amor porque Dios es con tigo.
Jacob salió muy próspero y bendecido después de veinte años trabajando para su tramposo suegro. Porque no hay arma, conjuro, trampa o maldición que pueda detener a un bendito de Dios.
Si alguien conspirare contra ti, lo hará sin mi y su espada entrara en su propio corazón.
Lo demás es lo de menos