Cuando cada quien hace lo que quiere.
En esos días sucedió lo siguiente:
Un hijo le robó dinero a su madre
La madre maldijo por esa causa.
El hijo devolvió arrepentido el dinero robado
La madre en agradecimiento mandó hacer una estatua de barro para honrar a Jehova.
El joven ve que es buen negocio y abre su casa como lugar de culto a los dioses
Tiene una hija y la nombra sacerdote
Después llega un levita aventurero y lo consagran como el ministro oficiante de esa casa.
Todo bien, todo mal, todo a medias, todo a su manera, todo por no buscar orientación, todo por no seguir las instrucciones, todo como a ellos les convenía.
Es bueno invocar a Jehova, pero es malísimo y prohibido compararlo con ídolos.
Es bueno arrepentirse, pero es malo creer que Jehova es como cualquier otro dios.
Es bueno adorar a Jehova, pero el ha indicado cómo se debe hacer y como no.
Es bueno tener sacerdotes y ministros, guías espirituales que nos instruyen conforme a la palabra, pero no puede ser el primero qué pasa por la calle.
Cuando el criterio que norma nuestras conductas no tiene fundamento Biblico y está basado solo en lo que a nosotros nos parece bien, terminaremos extraviados, perdidos, caminando a tientas.
Dios nos ha establecido pastores y líderes que nos instruyan según su palabra, la cual bien interpretada y aplicada ilumina nuestro camino en la vida.
No camines en tu propia sabiduría, deja que Dios te guíe y andarás seguro.
Lo demás es lo de menos.
