
Apocalipsis 17
La Gran Prostituta.
Características
Esta sentada sobre muchas aguas.
Con la cual han fornicado los reyes de la tierra
Los moradores de la tierra se han embriagado con ella
Va sentada sobre una bestia
Los colores de su vestuario son púrpura y escarlata
Se adorna con joyas de oro y piedras preciosas.
Tiene un cáliz de oro en su mano lleno de abominaciones y de inmundicias
En su frente lleva un letrero
BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Esta ebria con la sangre de los Santos. Y de los mártires de Jesús.
Simboliza a una gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.
Su nombre y su descripción nos arrojan mucha claridad sobre el carácter, personalidad y objetivos de esta dama. Una meretriz que ejerce bien su oficio de embriagar a los moradores de la tierra para fornicar con sus gobernantes. No tiene escrúpulos de venderse al mejor postor y es capaz de perseguir y si es necesario asesinar a los santos, pues estos no son un buen negocio para ella.
En un momento arremete y le hace la guerra al mismo Señor Jesús, pero el la vence junto a los que están con El, los cuales tienen tres importantes cualidades:
Son llamados.
“Muchos son llamado, más pocos los elegidos”
El llamado se hace de forma general al campo de entrenamiento. Todos escuchan el llamado y acuden a el para ser instruidos acerca de los propósitos, los requisitos y las metas en general.
Son elegidos.
El que es elegido ha superado la primera prueba, está en un siguiente escalón, ha demostrado ser capaz. Tiene el privilegio de ser seleccionado de entre los llamados para una tarea quizá más difícil.
Son fieles
Seguir al maestro por doquier, obedecerle y mantenerse a su lado contra viento y marea. No es de los que corren. Es un valiente soldado dispuesto a dar la vida si es necesario.
Este tipo de creyentes están a lado de Cristo cuando se da una lucha con los reyes de la Gran Prostituta son vencidos.
Los creyentes son: Hombres idóneos, sin doblez, con estructura, decididos e inteligentes, que aún ofrendan sus vidas para ganar la victoria.
La ramera con todos sus poderes políticos, sus tácticas sensuales y su capacidad de embrutecer a los hombres; es vencida por Cristo y sus fieles. Nadie más le puede resistir. Solo Jesús y sus seguidores. Ellos no se deslumbran por el vestuario de la ramera, no se amedrentan ante su poderío político y militar, por eso los persigue y los mata derramando su sangre y embriagándose con ella. Los santos la vencen manteniendo su lealtad a Cristo.
Permanezcamos al lado de Cristo. Si tenemos que avanzar, Jesús por delante y si nos toca sufrir por El. Considerémonos bienaventurados.
!!!Con Cristo, a la victoria!!!